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El Museo de la Catedral de Coria, está instalado en varias dependencias de la Catedral, en concreto en el Claustro Catedralicio, Capilla de las Reliquias, Baptisterio, Vestuario de los Canónigos, antigua Sala Capitular y Sala del Tesoro, originándose un magnífico conjunto museístico acorde con el entorno, donde sobresalen las atractivas arquerías y las bóvedas de estilo gótico.

En el centro localizamos el patio, destacando el majestuoso pozo, realizado en 1620.

El recorrido museístico comienza por la crujía oriental, donde se diponen una serie de paneles alusivos y explicativos de la hisotria de la diócesis de Coria-Cáceres.

El muro norte del claustro presenta una serie de cobres flamencos, obras del siglo XVII, pertenecientes a la escuela de Pedro Pablo Rubens. Junto a ellas observamos obras de platería, realizadas en los siglos XVII y XVIII: bandejas, cálices y vinajeras.

El ángulo noroccidental lo ocupa un retablo diociochesco que alberga la imagen de San Benito de Nursia. Este retablo nos introduce en la Capilla Bautismal, donde se encuentra la pila de mármol, regalo del obispo don Juan José García Álvaro, en 1778.

En el centro de la crujía oeste se abre la puerta que da paso al antiguo Vestuario de Canónigos. Esta sala, dedicada a Jesucristo Salvador, se compone de dos alturas, ubicándose en el piso bajo, entre otras piezas, la colección de Bulas Papales (1315-1578) y de anillos y pectorales episcopales (siglos XIXI-XX); una hoja perteneciente a la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino y la imagen extraordinaria del arcángel San Miguel, atribuida al círculo de Salvador Carmona.

El piso alto lo preside una monumental imagen de la Asunción, obra de Lucas Mitata (década de 1590) y que formaba parte del viejo retablo catedralicio. En las vitrinas se custodian algunas reliquias catedralicias, destacando el Lignum Crucis, la Santa Espina y la Sangre del Señor. Frente a la talla de la Anunciación vemos un tríptico, óleo sobre tabla, con los temas de la Anunciación, San Jerónimo Penitente y San Francisco de Asís recibiendo los estigmas (1528).

Del vestuario de Canónigos se pasa a la antigua Sala del Cabildo que alberga una impresionante colección de cálices, custodias, copones, ostensorios y vinajeras de los siglos XVII y XIX. Aquí se encuentra también el documento fundacional de la Catedral, documento que confirma el privilegio otorgado por Alfonso VII de León, en 1142, al reconquistar toda la ciudad del poder musulmán.

De la antigua Sala del Cabildo se pasa a la llamada Sala del Tesoro que actualmente alberga la colección de trazas y planos pertenecientes a los diferentes momentos constructivos del templo, destacando la realizada por Bartolomé de Pelayos en 1502 y la traza de la torre, obra de Manuel de Larra y Churriguera en 1732.

Finalmente saliendo de estas estancias, llegamos a la Capilla de San Pedro Mártir de Verona, Dorada o de las Reliquias. Custodian la sala algunos objetos de San Pedro de Alcántara, así como el “Terno de los Papas”, realizado en terciopelo rojo, a finales del siglo XVII.

El Mantel de la Sagrada Cena del Señor, es la reliquia más preciada de la Catedral. Mide 4,2 metros de largo por 92 centímetros de ancho. La pieza es de lino blanco, en una parte y teñido en otra. La fecha de fabricación puede situarse en el siglo primero de nuestra Era. Se obtuvieron estas conclusiones tras los minuciosos análisis a los que fue sometido el tejido en los laboratorios del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en octubre de 1.960. En tiempos pasados, el Obispo lo mostraba al pueblo de Coria, desde el llamado Balcón de las Reliquias, el día 3 de mayo de cada año. Esta ceremonia no se realiza desde 1.791.